EL FRENTE VECINAL ESQUEL SE SOLIDARIZA CON HUALA

Cuando en la década del 90 Menem privatizó todo (con el aplauso de muchos hoy “nacionales y populares”) quedaron muchos trabajadores en la calle. Los empleados de Aerolíneas Argentinas de Esquel no fueron la excepción.
Pasaron a ser “cuentapropistas”, “microemprendedores”, “monotributistas”, todos eufemismos que sólo buscan ocultar el criminal desguace de las empresas del Estado que se fueron construyendo con el trabajo de tres generaciones y que el neoliberalismo globalizante destruyó en una década: YPF, Agua y Energía, Segba, Gas del Estado, Ferrocarriles Argentinos, ELMA, Flota Fluvial, Entel, por mencionar solamente las más conocidas.

Algunos de aquellos compatriotas despojados de sus trabajos de toda la vida tuvieron más suerte que otros y pudieron continuar en la actividad. Es el caso de Huala S.R.L., conformada por ex empleados de Aerolíneas Argentinas en 1996, vecinos de Esquel, que a partir de su retiro “voluntario” fueron contratados por la empresa como agentes exclusivos para la venta de pasajes y atención de sus vuelos en nuestro aeropuerto, pero ya no bajo una relación de dependencia sino a través de un “contrato comercial”, supuestamente entre dos empresas que “libremente” pactaban las condiciones “comerciales” de su relación.
Pero esa libertad nunca fue tal: Aerolíneas siempre impuso sus condiciones, ocultando así una verdadera relación de dependencia “en negro”, sobre todo porque Huala tenía prohibido comercializar otra cosa que no fuera pasajes de AA y esta última fijaba los precios, los horarios, hasta el uso del uniforme corporativo. Y esto fue así a lo largo de los distintos dueños que tuvo AA hasta la reestatización reciente y continuó igual bajo la nueva gestión “nacional y popular” del Dr. Recalde hijo, cuyo diputado padre se dedica a predicar por los derechos de los trabajadores y contra el trabajo en negro.
Como vecinos de Esquel sabemos que “los muchachos de Huala” siempre se preocuparon por satisfacer las demandas de su clientela, con toda eficiencia y amabilidad, y que siempre “defendieron la camiseta” de Aerolíneas Argentinas.
Lo que no se sabía era que recibían por ese esfuerzo cada vez menos, ya que la empresa se negaba sistemáticamente a reconocerles los aumentos de costos, sobre todo el pago de sueldos a sus empleados, ya que Huala tiene diez u once personas bajo su dependencia, entre empleados y socios. Tan es así que, mientras los sueldos vinieron aumentando en el orden del 20-25% cada año, Aerolíneas no accedió a aumentar la retribución a Huala desde el año 2008.
Huala tuvo la osadía de reclamar un aumento y ahora, de buenas a primeras, reciben la noticia que no les renovarían el “contrato comercial” y que a partir del primero de enero de 2012 debían dejar todo porque se haría cargo otro concesionario que cobraría más barato. Difícil de creer si con lo que recibe Huala apenas puede pagarle a sus empleados y sus cargas sociales. ¿O es que el nuevo concesionario piensa atender sin empleados? ¿O con trabajadores en negro para ahorrarse los aportes?
¿O recibirá alguna “compensación” por otro lado? Hay que tener en cuenta que este nuevo concesionario ya se quedó con la concesión de San Martín de los Andes y de Bariloche.
¿Será esto “profundizar el modelo”: usar los recursos públicos para beneficiar a los amigos?
¿No tolerar ni el más mínimo disenso, ni aun para pedir lo que se considera justo?
El Frente Vecinal Esquel, partido político conformado por vecinos que provenimos de distintas historias político partidarias y sociales, y que trabajamos para formar una corriente de opinión política horizontal y profundamente democrática, nos solidarizamos con nuestros vecinos de Huala y creemos que es hora de una reivindicación histórica que les devuelva, ya no su calidad de “concesionarios” sino su verdadera naturaleza de trabajadores de Aerolíneas Argentinas de las que fueron despojados por la privatización menemista. Deben ser reincorporados, para blanquear una relación de trabajo en negro que el propio Estado no puede apañar, lo que les permitirá el día de mañana acceder a una jubilación digna en proporción a su trabajo. Entonces sí podremos estar hablando en serio de revertir la política neoliberal de los noventa.