Asunción de la poesía
Yo me nazco, yo misma me levanto,
organizo mi forma y determino
mi cantidad, mi número divino,
mi régimen de paz, mi azar de llanto.
Establezco mi origen y termino
porque sí, para nunca, por lo tanto.
Soy lo que se me ocurre cuando canto.
No tengo ganas de tener destino.
Mi corazón estoy elaborando:
ordeno sufrimiento a su medida,
educo al odio y al amor lo mando.
Me autorizo a morir sólo de vida.
Me olvidarán sin duda, pero cuando
mi enterrado capricho lo decida.
María Elena Walsh
In memorian
Fuiste luz, infancia,
lucha, canción,
ciudad dolida.
Fuiste Dailan Kifki y Tutú,
fuiste un Zoo loco,
Doña Disparate y Gulubú.
Viviste en un país
jardín de infantes,
jugaste en el mundo
y tuviste novios, antaño.
Te cantamos nosotros,
te cantan nuestros hijos
y te continuarás en nuestros nietos.
Serás recuerdo enaltecido...
Serás eterna, María Elena,
serás eterna...
martes, 11 de enero de 2011
Hasta siempre María Elena...
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